La última confesión

Hemos parido un hijo, ha sido un parto largo pero con una gestación de las buenas, de la de mucho antojo (porque hemos hecho lo que se nos antojaba) y nauseas pues las justas, algún pequeño cambio de planes, pero nada que nos amargase el proceso. Y al nacer, bueno, eso será el 11 sobre las 8.30 de la tarde (porque esto va por cesárea), aunque con sorpresas, porque aunque se sabe mucho del corto, siempre guardamos uno o dos ases en la manga, y si este no es un corto normal tampoco lo iba a ser su estreno.


Pues eso, como decía, al nacer será un corto que pese exactamente 20 minutos, pero si me preguntas a mí, o a Patri, o a Álvaro, o a cualquiera que en algún momento puso su semilla (aunque aquí el único padre es Álvaro que quede clara la paternidad) te diremos que su peso para nosotros es más de lo que cabe en 20min de cinta. Y aunque es pronto para saber, creemos, creo, que crecerá y nos dará muchas alegrías. Porque siempre lo he sabido, como una de esas certezas rotundas de las que hablaba el bueno de Clint en Los Puentes de Madison, que estábamos haciendo algo grande. Porque desde el principio, cuando supe que tenía que hacerme con este papel, que quería compartir esto con Patri, que buscaba un reto, entonces ya lo sabía. Era todo Cuestión de Fe.

Nunca he sabido si un estreno es el final o tan sólo el principio.


Ethan xxx